miércoles, 7 de mayo de 2008

Medicinas Faltantes: Respuestas de Harvard ante el Reto de las Enfermedades Descuidadas

Hace unas semanas, un grupo de estudiantes de medicina organizó una serie de conferencias bajo este título. El objetivo era resaltar los temas más importantes en torno a las enfermedades descuidadas en los países menos desarrollados y lo que se ha hecho en Harvard al respecto.

‘Enfermedades descuidadas’ es el término utilizado por la Organización Mundial de la Salud para referirse a trece padecimientos, comunes en las zonas más marginalizadas. Un sexto de la población mundial sufre de estas enfermedades, principalmente la gente más pobre. (www.who.int/neglected_diseases/en/index.html).
Estas enfermedades son prevenibles y curables. Sin embargo, la falta de tratamiento conduce a enorme sufrimiento, lesiones irreversibles o, en muchos casos, la muerte.
Aún sabiendo lo anterior, no se ha destinado suficiente atención y recursos a su tratamiento. Actualmente, sólo el 10% de la inversión global en investigación se dirige a enfermedades que afectan al 90% de la población. Y entre 1975 y 2004 sólo se desarrollaron 13 medicinas para las enfermedades descuidadas (entre miles que se inventaron para otros padecimientos).
Según los panelistas de la conferencia, el problema tiene dos orígenes: investigación y provisión de servicios. Debido a que el mercado para estas medicinas sería pequeño (pues la gente afectada tiene un muy bajo poder adquisitivo), no hay incentivos para que las compañías farmacéuticas desarrollen productos nuevos. Y los medicamentos que ya existen son ineficientes ante las condiciones precarias de muchas de las poblaciones afectadas: son anticuadas, las bacterias se han vuelto resistentes, o su implementación es demasiado complicada y costosa.
Los paneles en la conferencia se enfocaron principalmente en la importancia de producir nuevos tratamientos que sean baratos, fáciles de proveer a través los sistemas de salud que las van a repartir y adaptables a los contextos particulares. En otras palabras, que sea posible transferirlos de un escenario rico en recursos a un escenario con recursos limitados.
Una de las soluciones que se propuso, fueron las ‘intervenciones de rápido impacto’ (IRI), que son una especie de ‘paquete de salud’, consistente en tres medicamentos que atacan las enfermedades descuidadas más comunes. El paquete es eficiente en cuanto a costos, y tiene la ventaja de ser una medida horizontal (que ataca a varias enfermedades a la vez.)
MI PIENSO
Estoy de acuerdo con la importancia de desarrollar medicinas nuevas y más efectivas para distribuirlas de manera gratuita o a precios bajos. Sin embargo, creo que hay un gran problema con este tipo de enfoques: el riesgo de depender demasiado en soluciones técnicas. Este tipo de propuestas no cuestionan las estructuras de injusticia y pobreza que son la verdadera causa de las enfermedades descuidadas.
Me explico. Las enfermedades como estas no son sólo un problema técnico, a resolver con nuevos tratamientos, sino que son producto de toda una estructura social. No sólo son la causa de la pobreza: también son un resultado de ella. Por lo tanto, mientras la gente siga oprimida por las condiciones de marginalización en las que vive, las enfermedades no desaparecerán, y el derecho a la salud seguirá siendo una meta sin alcanzar.
Para dar un ejemplo, voy a hablar sobre una de las enfermedades que sería atacada con las IRI: schistosomiasis. Es una enfermedad transmitida por gusanos que viven en el agua, que al entrar al cuerpo provocan una infección y, en casos graves, la muerte. No existe un medicamento que pueda prevenirla: sólo medicinas para curarla. Lo que el enfoque de IRI propone es desparasitar a toda la población periódicamente, para evitar que la infección empeore.
Sin embargo, la schistosomiasis ocurre cuando la gente entra en contacto con el agua. Y el problema, como me dijo un doctor de Zambia, es que muchos ríos y lagos están infectados con las larvas que causan la enfermedad. Cuando los niños caminan de la escuela a su casa, frecuentemente tienen que cruzar ríos contaminados. Y, sin importar que los hayan desparasitado ese día en la escuela, las probabilidades de que se vuelvan a infectar son altas. La situación es aún más grave con gente cuya actividad económica está directamente ligada a los ríos y lagos: pescadores, o mujeres que necesitan acarrear agua para sus casas.
La pregunta es, ¿qué va a pasar cuando los donadores ya no quieran dar más dinero? Ya no va a haber nadie que compre las medicinas para desparasitar, y la enfermedad seguirá ahí. En el caso de la schistosomiasis en Zambia, las IRI no son sustentables a largo plazo porque van a depender continuamente de donaciones internacionales sin atacar el problema de fondo.
No quiero argumentar que las IRI no sirven de nada, ni que ya no debería de haber investigación y desarrollo de medicinas para proveer soluciones médicas. Mi punto es que es importante mantener en mente que las cuestiones técnicas son sólo una parte del problema. Las enfermedades descuidadas, o enfermedades de los pobres, no se van a eliminar hasta que las estructuras subyacentes de pobreza no se enfrenten. Una IRI puede ayudar a reducir el impacto en los más pobres. Pero si estamos buscando alternativas sustentables a largo plazo, entonces no debemos ignorar otro tipo de soluciones que, al igual que estas enfermedades, han permanecido descuidadas.

domingo, 4 de mayo de 2008

Foro latino

Mi amigo Edgar, como es famoso y gran personaje en esta zona (spot publicitario pagado: asómense a su página: http://www.edgarbarroso.net/), recibió una invitación para hablar en un panel para una organización latina. El tema era "Imagen Latina e Identidad," y tenía que contestar preguntas como: ¿Quién es latino? ¿Cómo la cultura latina afecta al resto de Estados Unidos? ¿Cómo te indentifiacs como latino? Entre otras por el estilo. No sé bien por qué, pero Edgar me pidió que lo ayudara. Tal vez fue porque ya había percibido mi ñoñez y sabía que no lo defraudaría en algo así. Pero aunque ya tenía idea de esto, creo que de todas formas lo sorprendió mi clavadez cuando a las dos horas de que me dijo, le mandé un documento de tres hojas en Word, con mis ideas al respecto. A continuación, un resumen del documento.

Probablemente no soy la mejor persona para hablar del significado y la importancia de ser Latina. De hecho, siempre he estado orgullosa de NO ser nacionalista. La verdad es que antes de venir aquí, me costaba mucho trabajo entender qué significa ser mexicana. Y todavía más, lo que significa ser Latina. Más allá de esto, me costaba trabajo siquiera entender por qué es importante, de entrada.

Un día estaba caminando con un etiope, de visita en Boston, y nos metimos a un Seven Eleven. En cuanto entramos, vio a la chica en el mostrador y, antes de escucharla decir una palabra, él le empezó a hablar en etiope. Se dieron la mano, él compró lo que quería, y cuando salimos le pregunté: "¿Cómo supiste que era de Etiopía?" "Por sus ojos," me contestó. "Hay algo en sus ojos."

Mientras caminábamos, no pude evitar pensar en si yo podría hacer eso. ¿Podría entrar a un cuarto y, sin decir ni escuchar palabra alguna , saber si alguien más es mexicano, sólo con ver sus ojos? En ese momento, pensé que no. Y quizá sea cierto, quizá no podría.

Mario Vargas Llosa, quien vino hace unos días, tenía razón al decir que "América Latina es todo." Hay una enorme variedad de gente, lugares, culturas, creencias, valores. Tan grande, incluso, que es difícil dibujar una identidad en torno a tantos elementos. ¿Qué tengo yo, una chica de la Ciudad de México, en común con un hombre viejo viviendo en la Sierra Tarahumara en Chihuahua? O más aún, ¿qué comparto con un chavito que vive en una favela en Río, con una campesina que cosecha café en Colombia? Definitivamente mucho menos de lo que comparto con un japonés que estudia ingeniería en la Universidad de Tokio, o con mi amigo etiope que vino un par de días.

Así que al principio era muy escéptica al respecto de la "comunidad latina." Pero, conforme pasó el tiempo, mi opinión ha cambiado, un poco. He empezado a entender que, aunque es difícil ponerlo en palabras, hay algo muy real en la idea de "identidad latina." Hay algo único en compartir un chiste, una sonrisa familiar, un contexto mutuo. Hay algo dentro de mí que cuando escucho una canción, cuando leo un poema, cuando escucho un nombre, me hace sentir orgullosa. Orgullosa de venir de donde vengo, de ser parte de lo que soy parte.

Muy a pesar de lo que me habría imaginado, cada vez que oigo a alguien hablar español, tengo un impulso de hablar con quien sea esta persona. Es casi instintivo. Y no es el lenguage en sí mismo, pero lo que sé que está detrás. Esa calidez, apertura de corazón, esa alegría que no he encontrado en ningún otro lugar.

Y es muy seductivo, tengo que admitir. Tan seductivo, de hecho, que muchas personas quisieran ser Latinos. No estoy bromeando ni exagerando. Durante mis días aquí, he conocido a tres ciudadanos estadounidenses que explícitamente me han dicho que quisieran ser Latinos. Puedo hablar, por ejemplo, de mi amigo Ben. Él nació en Seattle, pero está convencido de que fue por error de la creación. Habla español y baila salsa mejor que yo. Lo de la salsa no es difícil, tengo que admitir. Casi cualquier persona en el mundo baila salsa mejor que yo. Pero que un gringo me corrija cuando hablo español, sí llega a ser frustrante.

Pero no lo culpo, de verdad. Creo que la idea de la cultura latinoamericana tiene mucho que ofrecer. No es sólo el lenguage, que es hermoso. Ni la salsa, que es divertida. Es algo dentro de todos nosotros, algo que escapa lo concreto. Un sentimiento que a veces queda capturado en un pedacito de música, en una frase en un libro, en una carcajada ligera, sincera.

Y son estas cosas las que quisiera compartir con todos. Esto es lo que quiero que la gente piense cuando piense en América Latina.

Y bueno... si algunos me conocen y han hablado conmigo sobre estos temas, quizá estén sorprendidos de que yo haya escrito esto. Por eso creo que es necesario confesar que sólo los primeros cuatro párrafos son ciertos. De ahí para abajo, fue sólo un intento de acatarme a lo que Edgar necesitaba, porque no creo que habría sido buena idea pararse en el foro de la organización de latinos, a hablar sobre la no importancia de ser Latino, sobre la no existencia de tal identidad, o sobre lo absurdo de semejantes divisiones.

miércoles, 16 de abril de 2008

Y TÚ..... ¿QUÉ OPINAS?

Ya no quiero ser la única que escribe aquí. Me gustaría mucho escuchar su opinión sobre algunos de los temas que trato en este blog. Así que de ahora en adelante, voy a dejar el tema abierto a discusión.
No sé si esto funcione, sé que a muchos no les gusta participar. Les da flojera, o no saben bien cómo, o se chivean, como quien dice. Pero igual y algunos sí quieren exponer su opinión....
Los incito a que escriban sus comentarios, todos tenemos una opinión sobre muchas cosas y está interesante compartirla.

Y voy a hacer un concurso:
Damita, caballero, usté se va a llevar lo que es, nada más y nada menos que.... ¡la playera conmemorativa de Jarvar! Con el logotipo inscrito, en color beish, talla estralarsh. Que no le digan, que no le cuenten. Directo de la industria, es el suvenir de esta su casa de estudios. Diez varitos, diez varitos.
Recuerde, damita, caballero, lo importante es cantidad, no calidad. (Como en la comida gringa). Inserte usted aquí su comentario suyo de usted, adjunte así mismo también su dirección para el envío de la mercancía. Llévela, llévela.

Objetivos del Desarrollo del Milenio de la ONU

"Los Objetivos del Desarrollo del Milenio de la ONU, que abarcan desde la reducción a la mitad de la pobreza extrema hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA para el año 2015, constituyen un plan convenido por todas las naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial." Son ocho:
  1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
  2. Lograr la enseñanza primaria universal
  3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de las mujeres
  4. Reducir la mortalidad infantil
  5. Mejorar la salud materna
  6. Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades
  7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
  8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Ante el rezago de muchos países, que no han logrado siquiera acercarse al cumplimiento, han surgido las críticas desde varias perspectivas. Aquí, me ha tocado escuchar dos.

Jeffrey Sachs, economista gringo que ha sido consejero económico de países en América, Europa, Asia y África, ha trabajado como parte de la ONU en la reducción de la pobreza, la erradicación de enfermedades, la cancelación de la deuda, entre otras cosas, vino el otro día a dar una conferencia. Habló sobre su libro más reciente: Common Wealth. Economics for a crowded planet. Muy buen orador, dijo justo lo que la gente quería escuchar y al final se llevó una ovación de pie por parte del público.
Entre las recomendaciones que le da al futuro presidente de EEUU, quienquiera que este sea, está el aumentar la atención otorgada a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para él, el hecho de que no estemos avanzando al ritmo necesario para alcanzarlos es en gran parte producto de la negligencia de los países desarrollados. Con tan sólo dedicar un pequeño porcentaje de su PIB a proyectos de desarrollo y ayuda internacional, sería fácil cumplir los objetivos. No es que estos sean inalcanzables, lo que falta es voluntad política. Pero si los países ricos asumen su responsabilidad histórica de transferir recursos, las metas del milenio se alcanzarán y con esto, el mundo será un lugar muchas veces mejor y más justo.
Es lógico que Sachs apoye esta idea, por los cargos importantes que ha desempeñado en la ONU. Pero no todos están de acuerdo. La semana pasada fui a una conferencia sobre la ética en la ayuda internacional, en donde escuché un argumento que nunca había escuchado, ni creí escuchar.
El argumento lo trajo un profesor de Harvard, Stephen Peterson, refiriéndose al trabajo de Erik Reinert. Empezó diciendo que las estrategias utilizadas actualmente para luchar contra la pobreza no tienen sentido. En específico, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están destinados al fracaso. Esto no es tan sorprendente. Muchos economistas afirman que es poco probable que los países desarrollados destinen más porcentaje a la ayuda internacional, y que aunque lo hagan, se necesita mucho dinero para realmente lograr las metas. Pero la crítica de Reinert no se trata de escepticismos. Para él no es cuestión de tener fe en la buena voluntad de los países desarrollados. El problema no está ahí, sino en el enfoque en general.
Como me llamó mucho la atención esta idea, al día siguiente fui a sacar el libro de Reinert de la bilbioteca. Se llama: How Rich Countries Got Rich and Why Poor Countries Stay Poor. Al leerlo, pude entender un poco más su argumento. Lo que Reinert sostiene es:

  1. Los objetivos de desarrollo del milenio son inalcanzables
  2. Aunque se alcanzaran, esto no resolvería el problema de la pobreza, porque son soluciones que se dirigen a los síntomas, no las causas.
  3. El enfocarnos en alcanzar los objetivos desvía la atención de cosas fundamentales, de las causas de la pobreza. Esto sólo llevará a que los países pobres continúen atrapados en un ciclo de dependencia y miseria.

En suma, hay dos visiones contrastantes.

  • Sachs defiende los Objetivos del Desarrollo del Milenio como la mejor opción para combatir la pobreza. Reclama a los países ricos el que no hayan cumplido con sus obligaciones internacionales en cuanto a transfencia de recursos. Afirma que si estos países aumentaran el porcentage que dedican a ayuda internacional, los Objetivos del Milenio se alcanzarían y millones de personas quedarían libres del ciclo vicioso de pobreza en el que están atrapados.
  • Reinert cuestiona los Objetivos del Desarrollo del Milenio. Sostiene que, lejos de ser una herramienta para romper el ciclo vicioso, lo único que esta ideología logrará es mantener a la gente sumergida en la pobreza. El problema no es que haya o no dinero para cumplir estas metas ambiciosas, sino que el enfoque como tal está mal. La mortandad infantil, el hambre, las enfermedades, todos son consecuencias de la pobreza, no causas. Por lo tanto, enfocarnos en resolverlas no romperá el ciclo vicioso y la gente no podrá escapar de la pobreza.

Y TÚ............. ¿Qué opinas?

martes, 15 de abril de 2008

De la gente que me hace de enojar

Una de las cosas que más me gustan de Harvard es que ofrece la posibilidad de conocer muy distintos puntos de vista sobre el mismo tema. Traen a un experto en un tema y la siguente semana viene uno de sus críticos. A veces en el mismo pánel hay defensores de posiciones contrastantes. Esto, sin duda, es muy interesante. Pero a veces me ha tocado escuchar a gente con la que de plano no estoy ni tantito de acuerdo. Y aunque no deja de ser interesante, también a ratos logra ponerme de malas. Ese fue el caso de dos pláticas a las que fui recienteme nte.
Una fue sobre educación cívica en América Latina. El argumento era que es muy importante incluír en los currículums de escuelas primarias y secundarias los conceptos y valores democráticos. Esto en respuesta a que un 40% de la población mexicana, chilena y colombiana no están convencidos de que la democracia es la mejor forma de gobierno.
A la hora de las preguntas, quise saber qué pensaba el profesor de la ruptura que hay entre la teoría y la realidad en las democracias de América Latina. Le dije que tal vez es fácil enseñar qué es democracia en concepto, pero no tanto convencer a la gente de que es la mejor forma de gobierno, cuando en la práctica estamos viendo tantas injusticias. Pregunté entonces que si en los nuevos currículums se incluía hablar sobre las prácticas no democráticas que sucedían en los países. Y me dijo que "su visión era distinta," porque él no creía que eran prácticas no democráticas, sino elementos de una democracia perfectible. ¿Entonces qué, René Bejarano robando ligas y billetes es un practicante de la democracia, nada más que perfectible? Patrañas.

La otra plática estuvo peor. Bajo el título, "Los abogados son la llave a la libertad," era sobre el proceso legal en Guantánamo, y el rol de los abogados. La dió el Coronel Colby Vokey, que fue el defensor de Omar Khadr. Khadr es un canadiense a quien detuvieron a los 15 años en Afghanistán bajo acusaciones de crímenes de guerra y terrorismo, lo torturaron, y más de seis años después, sigue detenido
El Coronel criticó el sistema legal (o la falta de éste) en Guantánamo, diciendo que no existe un sistema de derecho real, las leyes se crean de la nada, son retroactivas, y el rol de él como abogado era, casi casi, simbólico. No importa que a mi cliente lo declaren inocente, porque igual va a seguir detenido por algún otro crímen.
Podría sonar muy bien, y podríamos pensar que qué valiente soldado, salir a criticar su propio sistema. Pero hay que hacer algunas aclaraciones. El tipo estuvo 'defendiendo' a Khadr durante años, hasta que el cubano lo despidió. Para esto, el caso de Khadr ya estaba recibiendo bastante atención internacional, las críticas venían de todos lados. Por lo que salir ahorita a criticar lo que estuvo haciendo obedientemente durante tanto tiempo no tiene tanto de valiente.
El tema central está en una pregunta que hizo alguien de la audiencia. Fue un estudiante que está escribiendo su tesis sobre el rol de los individuos en los sistemas legales 'de pantalla', que cubren a un gobierno 'perverso.' Preguntó: "¿Cómo justifica, para nosotros o para usted mismo, el hecho de que durante tanto tiempo participó como cómplice en un proceso viciado, sabiendo que estaba mal de fondo?" El punto de la pregunta, aunque no lo dijo explícitamente, era este: El Coronel sabía lo falso del proceso, sabía que no era un proceso legal, que todo era simbólico. Sin embargo, en el nombre de su carrera, accedió a jugar en el juego, a fingir ser un abogado real. Es como una actuación, en la que él jugó el papel del abogado, pero conociendo perfectamente cuál sería el resultado.
Con esta pregunta, obviamente, el cuarto se llenó de tensión. Pero lo peor, lo que me enojó, fue la respuesta del Coronel. Empezó a decir una sarta de estupideces sobre lo difícil que es ser abogado en un sistema en el que sabes que no puedes realmente defender a tu cliente, y que era muy injusto con los miembros del ejército ponerlos a ellos como abogados en este sistema, porque no les quedaba mucha opción. "Pero usted pudo haber renunciado?" Sí, si pudo, pero habrían puesto a alguien más a que lo hiciera. En el ejército, seguimos órdenes.
Claro. Los nazis también seguían órdenes. Eichman puede decir que si él no se encargaba de mandar a los judíos a los campos de concentración, alguien más lo hubiera hecho. Pero el punto es que él accedió a hacerlo, como Vokey accedió a ser parte de este sistema perverso. ¿Y cómo justifica eso? Criticando lo que hizo, después de que lo hizo. A buena hora.
La respuesta fue un intento de victimizarse a él mismo, el pobre abogado que sufrió las consecuencias de un sistema injusto al no poder salvar a su cliente. De nuevo, patrañas. Tan chafa estuvo que el estudiante, a medio sermón del Coronel, de plano se salió del cuarto y azotó la puerta.
Yo me quedé, porque estaba comiendo y a mí me enseñaron que desperdiciar comida es pecado. Pero en cuanto me acabé mi pechuguita de pollo, también me salí, muy indignada.

sábado, 1 de marzo de 2008

La Reforma Electoral en México

El Ex-Consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, es profesor en Harvard. La semana pasada dio una plática con el título: "Los Retos de la Democracia en México. La Reforma Política y su Impacto."

Para Ugalde, la reforma electoral de 2007 no se puede explicar si no se entiende el contexto electoral existente en 2006. Por un lado, había un clima de tensión debido a los ataques entre AMLO y Fox, iniciados años atrás principalmente por el perredista, con una campaña negativa en contra del entonces presidente. Este estilo de campañas negativas era nuevo en México. El PAN lo adoptó durante el siguiente proceso electoral, y el PRD respondió de la misma manera. El otro elemento importante fue el margen tan pequeño de diferencia entre los dos candidatos. Debido a esto, el IFE declaró que no podía determinar un ganador pues, aunque AMLO parecía ir adelante, la diferencia estaba dentro del rango de error. Fue por esto que, una vez que tuvieron suficiente información para declarar a un ganador, era difícil de creer que Calderón hubiera triunfado.

Lo anterior tuvo como consecuencia una serie de acusaciones (mal fundadas, de acuerdo a los cálculos de Ugalde) por parte de la oposición. Fraude, manipulación, plataformas desiguales, injusticias en el proceso, demandas de un recuento, y demás acusaciones falsas, todas ellas levantadas por el perdedor una vez que había perdido. La contienda estuvo reñida, y el IFE cometió muchos errores, pero "los datos sugieren que esta ha sido la elección más justa que ha habido en México." Pero la oposición decidió ignorar esto e impugnar las elecciones con argumentos falsos y poco sólidos, que lograron proyectar la idea de que, no sólo hubo un fraude, sino que la el proceso electoral en general había sido injusto.

Ugalde luego sigue una lógica interesante: si la idea era que la elección había sido injusta, entonces la medicina sería emparejar el terreno de juego. Para esto hay dos estrategias: o promueves las habilidades de aquellos que carecen de recursos, o limitas las habilidades de aquellos que tienen más recursos. En el caso de la reforma electoral de 2007, se utilizó la segunda estrategia. El resultado es una serie de limitaciones 'absurdas' y extremadamente difíciles de llevar a cabo. La reforma prohibe, entre otras cosas, lo siguiente:

- Campañas y anuncios negativos (que busquen crear una imagen negativa del opositor)
- Anuncios del gobierno en época de campañas electorales, o con fines de promoción personal.
- La compra de tiempo al aire por parte de partidos o candidatos

Algunos otros elementos de la reforma son:
- Acceso gratuito a tiempo en los medios
- Reducción de la duración de las campañas
- Regulación de las pre-campañas
- Menos financiamiento a los partidos (aunque también tienen menos gastos, por lo que su margen de ganancia es mayor).
- En Controlador Interno del IFE será apuntado por los partidos políticos.

El ex-consejero critica la reforma desde varios puntos. En primer lugar, desde el punto de vista administrativo, por la dificultad de la implementación. ¿Cómo determinas lo que es una campaña negativa? La definición es ambigua y demasiado amplia, pues no sólo incluye difamación sino cualquier dato (aunque sea verídico) que presente una imagen negativa del adversario. ¿Cómo detectas y sancionas estos ataques? Por el lado político, cuestiona si el efecto de la reforma será mejorar la democracia, aumentar la rendición de cuentas y crear votantes más informados, o si el resultado será todo lo contrario.

Pero la crítica más grande de Ugalde tiene que ver con la limitación a la libertad de expresión. Para él la reforma es inconstitucional pues viola el artículo 6. A partir de esto, el ex-Consejero intenta explicar lo sucedido a través de un dilema entre la libertad y la igualdad. Gracias a la falta de madurez del PRD, en especial de López Obrador, gobierno mexicano ha aprobado una reforma que otorga mayor importancia a la igualdad, a costa de sacrificar la libertad.

Pero yo cuestionaría los argumentos de Ugalde desde varias perspectivas.

En primera, el debate entre libertad e igualdad no es exclusivo del sistema electoral mexicano. De hecho es un debate que se encuentra presente en la gran mayoría de las políticas públicas, empezando por los impuestos. ¿Cobramos más para favorecer la distribución del ingreso, y así promover la igualdad, o cobramos menos para permitir mayor libertad a los ciudadanos sobre lo que hacen con su dinero?
En los sistemas electorales este debate entre igualdad y libertad se vuelve muy evidente. Podemos tomar como ejemplo el sistema electoral estadounidense, o el canadiense. En ambos se favorece la libertad si tomamos en cuenta que los partidos son libres de gastar la cantidad de dinero que quieran, o que puedan conseguir. Es decir, si un candidato es millonario y decide gastar su fortuna en la elección, puede hacerlo. O si un partido recibe donaciones millonarias de empresas, esto es legal. Lo anterior, desde luego, da una gran libertad a los partidos en cuanto a lo que pueden hacer durante su campaña. Y desde esta perspectiva se puede decir que estos dos países favorecen la libertad en sus sistemas electorales. ¿Pero qué pasa cuando alguien que no tiene dinero, ni tiene la estructura de un partido político tan grande como los principales, quiere participar en la elección? La situación se convierte en "money politics": regida por los más poderosos. ¿Esto sigue siendo libertad? En un caso así, la falta de igualdad en el terreno de juego se vuelve una limitante a la libertad.

Desde luego que no hay fórmula perfecta: hay que buscar un equilibrio. Los estadounidenses favorecen la libertad, y es así como les ha funcionado a ellos. Pero no podemos intentar repetir su misma fórmula cuando sabemos que nuestra estructura es diferente. La reforma electoral es un intento de buscar un equilibrio que favorezca la democracia. Ante la falta de confianza que tenemos los mexicanos en las instituciones, y particularmente en los partidos políticos, es lógico que queramos limitarlos lo más posible.

Que sea una solución perfecta, no lo creo. Que sea una propuesta sin intereses políticos de parte de los partidos, tampoco lo creo. Pero culpar a López Obrador y sus "tres seguidores" del fracaso electoral es ir demasiado lejos. Y es que según Ugalde, los "liberales" habrían podido llegar a una mejor solución si no hubiera sido por el escándalo del Peje. Pero yo me pregunto, ¿quiénes son estos liberales? Si mal no recuerdo, la reforma fue aprobada por todos los partidos en la Cámara. Entonces ¿con 'liberales' se refiere a gente como... él?

jueves, 21 de febrero de 2008

Castas e inmigrantes ilegales

Hoy fui a un evento en el que algunos de los estudiantes de licenciatura presentaron sus proyectos de tesis. Hubo varios interesantes, y decidí escribir sobre uno en especial que tiene que ver con México. El título es "Medicina y Castas: Sufrimiento entre los Imigrantes Ilegales Mexicanos en Nueva Jersey."

Lo que Utpal Sandesara hace en su tesis es proponer el uso del concepto de castas para denominar la situación con los inmigrantes mexicanos en EEUU. Toma el término de casta para referirse a un grupo de personas que, con un reducido acceso a los servicios, son oprimidos por los otros grupos. Están dentro de la sociedad y, sin embargo, forman sus propios grupos con los que se identifican y que tienen un acceso reducido a los servicios que los otros grupos reciben. De esta forma, no están desintegrados de la sociedad estadounidense, porque son parte crucial de ésta; sin embargo están mal integrados. Para Utpal, lo que está sucediendo en la sociedad estadounidense es un proceso de castificación.
El aumento de restricciones a la migración por parte del gobierno de EEUU, y el fortalecimiento de las ideologías conservadoras en algunos círculos del país, han proyectado un concepto negativo de los inmigrantes ilegales. El discurso hegemónico los presenta como narcotraficantes y criminales y promueve la idea de que debieran de buscar la asimilación cultural por caminos legales. De esta forma se les ha adjudicado la imagen de enemigos, promoviendo la castificación: este grupo que queda relegado y en una posición inferior al resto de los grupos sociales.
Los inmigrantes mexicanos han sido víctimas de grados extremos de rechazo, discriminación y explotación laboral. Ellos entienden que el trato que reciben es injusto pero sienten que no tienen opción. Como han interiorizado su estado de ‘indeseables’, no exigen los servicios a los que por ley tendrían acceso.
Este argumento es muy controversial, como el mismo autor lo reconoce, ya que castas tiene una connotación, y un significado, fuertemente negativo. Utilizar el concepto para hablar de la situación de los inmigrantes es cambiar completamente el tono del discurso. Actualmente los términos que se utilizan en el la literatura sobre el tema son marginalización o injusticia social. Pero Utpal argumenta que éstos han perdido su impacto y ya no funcionan para explicar las condiciones en las que viven los inmigrantes. Lo que quiere es que la fuerte connotación del concepto de castas provoque un debate en el área, que llame la atención hacia las injusticias que están siendo cometidas.
La tesis central es que, por la forma en que ha sido insertada en el discurso, la situación de los inmigrantes ilegales ha perdido sentido. Es decir, si la cubrimos bajo la manta de injusticia social, es fácil que pierda su impacto al volverse algo común, mezclado con muchos otros problemas de la sociedad estadounidense. Ponerle el nombre de sistema de castas tendría el efecto de hacernos ver, o al menos recordarnos, que en la esta sociedad sí hay clases sociales y sí hay grupos relegados. Los inmigrantes ilegales están entre los más desfavorecidos y son víctimas de una injusticia y discriminación estructural dentro de este “mundo de los libres” y “tierra de las oportunidades.”
Aunque entiendo el objetivo del autor y estoy de acuerdo con su argumento de que la narrativa de los inmigrantes se ha trivializado, no creo que denominar el sistema como ‘de castas’ sea la solución.
Mi oposición principal al argumento de Utpal es que siento que su propuesta, en lugar de mejorar la situación, promovería justamente lo que él está criticando. Al utilizar el concepto de castas, lo que se haría es etiquetar. Etiquetar a los inmigrantes ilegales como una casta separada del resto de la sociedad. Y estas etiquetas pueden ser muy problemáticas. El autor mismo critica las etiquetas que se han utilizado para marcar a los ‘mojados’ como narcotraficantes y enemigos. Y lo que está proponiendo es, de nuevo, una marca en la frente. Si bien la intención es oponerse a la marginalización y el rechazo, ¿no tendría el resultado opuesto de marginalizar? Está, finalmente, clasificando a la gente por su origen, cultura y profesión. Una clasificación así puede resultar limitante y contraproducente cuando lo que se busca es corregir la estructura para lograr una mejor integración de este grupo.
Lo que se necesita, creo, es justamente lo contrario: quitar estas etiquetas. De-construir el discurso que se ha creado en torno a los inmigrantes mexicanos y que los clasifica como criminales. Reconstruir una historia que se base en el diálogo entre los diferentes actores. Las clasificaciones tienden a la simplificación. Y simplificar las viviencias de los inmigrantes ilegales es trivializarlas. Las clasificaciones también tienden a la segregación. Y segregar a ciertos grupos lleva al rechazo y a que etiquetas que existían antes, cobren mayor fuerza. Creo que sería mejor deshacernos de esta tendencia a agrupar y que el discurso se enfoque más en las historias individuales. No conceptualizar a los inmigrantes como un grupo de criminales sino como varios individuos, cada uno con su propia historia.


Puede sonar como algo completamente lejano a la realidad, pero bueno, si se trata de proponer…

sábado, 16 de febrero de 2008

Conflicto electoral en Kenia

La situación en Kenia ha llegado a un grado peligroso. En los foros de expertos se empiezan a escuchar comparaciones con el conflicto en Ruanda, y la palabra "genocidio" aparece cada vez con más frecuencia. El problema no es solamente un conflicto electoral, sino que tiene raíces étnicas mucho más profundas y arraigadas. En ciertos aspectos la elección fue una excusa que desató resentimientos antiquísimos entre las distintas tribus, provocados principalmente por la percepción de que los Kikuyu gozan de una situación favorecida. Las acciones violentas tomadas por los grupos de oposición se salieron de control y alcanzaron tal magnitud por varias razones.
Una de estas razones es la pérdida del monopolio de la fuerza por parte del Estado. Desde los ochenta, políticos de ambos bandos han utilizado bandas paramilitares para atacarse unos a otros, por lo que la estructura existe para que la gente tome la fuerza en sus manos y la convierta en un intento de exterminar a la otra tribu.
La segunda razón es la debilidad de las instituciones, que deliberadamente han sido centralizadas para otorgar mayor control al presidente.
Una tercera razón quizá sea el clientelismo y la falta de separación entre gobierno y partidos, lo que intensifica las tensiones entre las tribus.
El resultado fue esta catástrofe. La violencia estaba en espera, unas elecciones cerradas era la chispa que hacía falta, y sin instituciones con fuerza y credibilidad, la situación se sale de control. Incluso organismos internacionales como Human Watch Group argumentan que la violencia fue planeada desde antes de las elecciones. Sea o no sea cierto, esto ya quedó atrás porque aún si la causa fuera la incertidumbre en las elecciones, actualmente el conflicto tiene otras bases más difíciles de resolver.
El problema ahora es que no importa que Odigna y Kibaki busquen llegar a un acuerdo entre ellos. La situación ya ni siquiera está en sus manos. La identidad de tribus fue manejada de tal forma que el deseo de venganza ya permeó entre la gente, que se están matando unos a otros.
Platicando con un grupo de kenianos que viven en Estados Unidos pude percibir una fracción de sus reacciones ante la situación. Esta gente está consciente del riesgo al que Kenia se enfrenta de perder todo lo que ha logrado al proyectarse como uno de los países con más desarrollo político en la zona. No sólo es el desconcierto de ver que los que antes eran vecinos y se casaban entre ellos, ahora se están matando. También está el miedo de lo que puede venir, que se resume en una frase de Mubai, un hombre de 45 años: “Si las cosas siguen así, ninguno de nosotros tiene un país al cual regresar.”
No obstante, la solución está en esa misma gente. Mubai hablaba a los otros sobre la importancia de dejar atrás la identidad de tribu para presentarse como una sola Kenia, ya que el deterioro de la imagen de este país ante el mundo tendría terribles consecuencias para ambos bandos. “Pase lo que pase, todos perdemos.” Al escucharlo pensaba que el argumento era ingenuo, hasta que escuché a los otos dos, un Kikuyu y un Lúo, ponerse de acuerdo en la necesidad de fortalecer las instituciones para bien de ambos bandos, sin importar que esto otorgara mayor poder político a la minoría que hoy intenta gobernar al país.
La mediación de Annan puede ser de utilidad si logra crear las bases para fortalecer las instituciones a mediano y largo plazo. Pero a corto plazo, está en manos de la gente poner fin a la violencia que sólo traerá desgracias para todos.