miércoles, 16 de abril de 2008

Objetivos del Desarrollo del Milenio de la ONU

"Los Objetivos del Desarrollo del Milenio de la ONU, que abarcan desde la reducción a la mitad de la pobreza extrema hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA para el año 2015, constituyen un plan convenido por todas las naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial." Son ocho:
  1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
  2. Lograr la enseñanza primaria universal
  3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de las mujeres
  4. Reducir la mortalidad infantil
  5. Mejorar la salud materna
  6. Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades
  7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
  8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Ante el rezago de muchos países, que no han logrado siquiera acercarse al cumplimiento, han surgido las críticas desde varias perspectivas. Aquí, me ha tocado escuchar dos.

Jeffrey Sachs, economista gringo que ha sido consejero económico de países en América, Europa, Asia y África, ha trabajado como parte de la ONU en la reducción de la pobreza, la erradicación de enfermedades, la cancelación de la deuda, entre otras cosas, vino el otro día a dar una conferencia. Habló sobre su libro más reciente: Common Wealth. Economics for a crowded planet. Muy buen orador, dijo justo lo que la gente quería escuchar y al final se llevó una ovación de pie por parte del público.
Entre las recomendaciones que le da al futuro presidente de EEUU, quienquiera que este sea, está el aumentar la atención otorgada a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para él, el hecho de que no estemos avanzando al ritmo necesario para alcanzarlos es en gran parte producto de la negligencia de los países desarrollados. Con tan sólo dedicar un pequeño porcentaje de su PIB a proyectos de desarrollo y ayuda internacional, sería fácil cumplir los objetivos. No es que estos sean inalcanzables, lo que falta es voluntad política. Pero si los países ricos asumen su responsabilidad histórica de transferir recursos, las metas del milenio se alcanzarán y con esto, el mundo será un lugar muchas veces mejor y más justo.
Es lógico que Sachs apoye esta idea, por los cargos importantes que ha desempeñado en la ONU. Pero no todos están de acuerdo. La semana pasada fui a una conferencia sobre la ética en la ayuda internacional, en donde escuché un argumento que nunca había escuchado, ni creí escuchar.
El argumento lo trajo un profesor de Harvard, Stephen Peterson, refiriéndose al trabajo de Erik Reinert. Empezó diciendo que las estrategias utilizadas actualmente para luchar contra la pobreza no tienen sentido. En específico, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están destinados al fracaso. Esto no es tan sorprendente. Muchos economistas afirman que es poco probable que los países desarrollados destinen más porcentaje a la ayuda internacional, y que aunque lo hagan, se necesita mucho dinero para realmente lograr las metas. Pero la crítica de Reinert no se trata de escepticismos. Para él no es cuestión de tener fe en la buena voluntad de los países desarrollados. El problema no está ahí, sino en el enfoque en general.
Como me llamó mucho la atención esta idea, al día siguiente fui a sacar el libro de Reinert de la bilbioteca. Se llama: How Rich Countries Got Rich and Why Poor Countries Stay Poor. Al leerlo, pude entender un poco más su argumento. Lo que Reinert sostiene es:

  1. Los objetivos de desarrollo del milenio son inalcanzables
  2. Aunque se alcanzaran, esto no resolvería el problema de la pobreza, porque son soluciones que se dirigen a los síntomas, no las causas.
  3. El enfocarnos en alcanzar los objetivos desvía la atención de cosas fundamentales, de las causas de la pobreza. Esto sólo llevará a que los países pobres continúen atrapados en un ciclo de dependencia y miseria.

En suma, hay dos visiones contrastantes.

  • Sachs defiende los Objetivos del Desarrollo del Milenio como la mejor opción para combatir la pobreza. Reclama a los países ricos el que no hayan cumplido con sus obligaciones internacionales en cuanto a transfencia de recursos. Afirma que si estos países aumentaran el porcentage que dedican a ayuda internacional, los Objetivos del Milenio se alcanzarían y millones de personas quedarían libres del ciclo vicioso de pobreza en el que están atrapados.
  • Reinert cuestiona los Objetivos del Desarrollo del Milenio. Sostiene que, lejos de ser una herramienta para romper el ciclo vicioso, lo único que esta ideología logrará es mantener a la gente sumergida en la pobreza. El problema no es que haya o no dinero para cumplir estas metas ambiciosas, sino que el enfoque como tal está mal. La mortandad infantil, el hambre, las enfermedades, todos son consecuencias de la pobreza, no causas. Por lo tanto, enfocarnos en resolverlas no romperá el ciclo vicioso y la gente no podrá escapar de la pobreza.

Y TÚ............. ¿Qué opinas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primero que nada, me dispenso por lo tardío de los comentarios
Estoy completamente de acuerdo con el segundo argumento, la verdad mi memoria no me permite acordarme con todo detalle del nombre del susodicho.

En fin, sin haber leído ninguno de los libros, estoy de acuerdo con él porque creo que lo importante es atacar las causas porque si no, seguimos en lo mismo. Los países pobres dependen de los ricos para salir de su círculo, sin embargo salen en partes sin realmente haber superado el fondo de las cosas, y está bien, se acaban las muertes por cólera pero siguen viviendo en una pocilga. Es lo mismo que pasa con Oportunidades. Aunque el plan original es motivar a la gente a que lleve a sus hijos a la escuela y que vayan a las pláticas, en realidad se ha convertido en una cosa de simplemente darles el dinero. Pero entonces así es imposible que en realidad se erradique la pobreza, sino que solamente les ayuda a pasar el mes, pudiendo comprar a lo mejor un poco más de dinero.